¿De quién es la responsabilidad en un siniestro con un cobot?

Mascota Robotica.

Análisis de AIG sobre los riesgos de la robótica y el auge de los Cobot, o robots de colaboración

 

En un contexto de auge de la tecnología y crecimiento de los conocidos como Cobot (colaborative robots o robots de colaboración), AIG ha emitido un comunicado en el que analiza los riesgos que entraña el desarrollo de la robótica, cuya colaboración con el ser humano es cada vez más estrecha, convirtiéndose por tanto la seguridad de estos cobots en un factor de vital importancia para fabricantes, usuarios finales, aseguradoras, abogados y legisladores.

 

 

Los cobots deben ser tenidos en cuenta por las mentes más innovadoras con el deseo de gestionar y reducir los riesgos que se desprenden de su crecimiento y desarrollo. Para AIG los cobots son más ligeros, fácilmente programables y más flexibles y asequibles que los robots industriales tradicionales. Los cobots, continúa el análisis de la aseguradora AIG, permiten a los humanos y a las máquinas trabajar conjuntamente en tareas complejas que comprenden desde el levantamiento y colocación hasta el ensamblaje y montaje.

 

Cobot marca Honda
Cobot autónomo.

Para las empresas, los beneficios de los cobots son muy evidentes, pues dotan a los trabajadores de nuevas herramientas y mejoras de la productividad, crecimiento y puestos de trabajo, por ejemplo, para las Pymes; sin embargo, también entrañan potenciales peligros en el lugar de trabajo, debido a su gran tamaño, a que se mueven rápidamente y a que manejan herramientas peligrosas. Un mal funcionamiento de los cables y maquinaria del cobot, un error de software en su programa, o incluso una mala condición ambiental, pueden producir lesiones graves en el trabajador o en el robot. Además, los avances de la Inteligencia Artificial pueden conducir a que un robot de auto-aprendizaje en el trabajo aprenda a hacer cosas y a actuar de formas que no tuvieran previstas ni el fabricante ni el usuario final.

Para las empresas, los beneficios de los cobots son muy evidentes, pues dotan a los trabajadores de nuevas herramientas y mejoras de la productividad, crecimiento y puestos de trabajo, por ejemplo, para las Pymes; sin embargo, también entrañan potenciales peligros en el lugar de trabajo, debido a su gran tamaño, a que se mueven rápidamente y a que manejan herramientas peligrosas. Un mal funcionamiento de los cables y maquinaria del cobot, un error de software en su programa, o incluso una mala condición ambiental, pueden producir lesiones graves en el trabajador o en el robot. Además, los avances de la Inteligencia Artificial pueden conducir a que un robot de auto-aprendizaje en el trabajo aprenda a hacer cosas y a actuar de formas que no tuvieran previstas ni el fabricante ni el usuario final.

 

Cobot, ¿el responsable?

Cobot
Robot Asimo marca Honda.

 

Su análisis cuestiona quién tiene la responsabilidad cuando se produce un siniestro en el que está involucrado un cobot y señala que, ciertamente, no es fácil distinguir la frontera entre responsabilidad profesional y la de producto.

En opinión de Gonzalo Errandonea, director de Clientes de la aseguradora: «Si se tratara de responsabilidad profesional, entonces el ser humano sería el responsable del accidente; y si se tratara de responsabilidad de producto, entonces la responsabilidad podría atribuirse al fabricante del robot». Aunque no es una pregunta fácil de responder, hay una serie de leyes, reglamentos y normas de la industria que intentan ofrecer algunas orientaciones. La normativa ISO ha publicado recientemente las directrices de la industria robótica y especifica los requisitos de seguridad de los cobots.

 

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