Basta encender la radio o abrir un periódico para ver que la publicidad en torno a los seguros de decesos es cada vez más habitual. Y, claro, no se trata de ninguna casualidad, el seguro de decesos ha pasado a ser unos de los más contratados en nuestro país. Según datos de la patronal del sector Unespa, cerca del 50% de la población española tiene algún tipo de cobertura de deceso y, quizá aún más sorprendente, el seguro de deceso se ha convertido en el seguro no obligatorio más contratado en España.

Numerosos factores contribuyen a ello, para empezar el creciente número de personas que viven solas y la también creciente dispersión familiar  hacen que muchas personas quieran asegurarse que su sepelio y sus ritos funerarios se hagan de acuerdo con su voluntad, y además asegurarse que los gastos funerarios, unos 4.500 euros de media en España, queden cubiertos sin ninguna clase de discrepancia entre los allegados.  Las primas relativamente reducidas -algunas parten de 5 euros al mes- han contribuido también sin duda a popularizar esta cobertura.  

De hecho, el seguro de decesos nace como respuesta a la necesidad de hacer frente a los gastos y gestiones que rodean el fallecimiento de una persona; una de las principales utilidades de esta cobertura e sus servicio en la gestión de trámites y procesos relacionados con  el fallecimiento del asegurado, teniendo en cuenta la situación familiar que se crea tras la muerte de una persona querida.

Las organizaciones de consumo estiman que los seguros de decesos tienen especial utilidad para personas que viajan con frecuencia fuera de España o pasan mucho tiempo fuera de su domicilio habitual, pues este tipo de seguro pude cubrir la repatriación en caso de un fallecimiento sobrevenido en el extranjero, donde en algunos países los costes y trámites de traslado del cadáver pueden ser altos y complicados de gestionar.

La asistencia legal y trámites, que pueden llegar a cubrir los seguros de decesos, tales como la obtención  de la licencia de enterramiento o incineración, inscripción del fallecimiento en el Registro Civil, obtención de certificados de defunción, solicitudes de pensión u orfandad, bajas en la Seguridad Social o liquidación del Impuesto de Sucesiones son servicios también muy útiles, particularmente en unos momentos en que una familia se encuentra en pleno duelo por la persona fallecida.       

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