Ha pasado un año de la catástrofe provocada en el tráfico mundial de mercancías marítimas por el encallamiento en el Canal de Suez del portacontenedores EverGiven. El incidente no ha producido aún cambios concretos en el comercio marítimo, pero sí ha puesto en tela de juicio varias situaciones, como señalan diversos expertos en un reportaje de la revista “El Mercantil”, entre ellos nuestro CEO, Rafael Real.

Más allá de comenzar las obras de mejora y ampliación del cauce del Canal, el caso EverGiven ha mostrado la debilidad de mantener la producción en un único lugar para producir bienes a un bajo coste: hay que diversificar las fuentes de aprovisionamiento y tener un plan b para cuando falla el suministrador principal. También es necesario aumentar los stocks de productos; habrá que pensar en un incremento de costes para volver a un mayor almacenamiento y la creación de reservas.

El tamaño cada vez mayor de los buques porta contenedores es otro de los puntos en debate. Cuanto mayores son las dimensiones de un buque y, por ende, mayor es su carga, más numerosos y graves van a resultar los posibles incidentes.

Y el encallamiento ha provocado también un debate sobre las responsabilidades del incidente y su resolución en las instancias judiciales, aunque un año después aún no se ha establecido un nuevo protocolo. Hay un intenso debate en torno a la institución histórica de la “avería gruesa” y el régimen de responsabilidad solidaria, por el que las grandes navieras reparten responsabilidad con los titulares de la carga.

Para muchos expertos, debería modernizarse el derecho marítimo, con un nuevo protocolo jurídico internacional. Mientras, los seguros seguirán subiendo, y las responsabilidades las resolverán las sentencias judiciales firmes.

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