Los comienzos de año suelen ser propicios para hacer balance, para mirar
hacia atrás y evaluar lo conseguido, pero también para mirar hacia adelante,
que siempre es un ejercicio más arriesgado e intrigante, para tratar de ver
cuáles serán las tendencias del sector asegurador para el año que empieza.


Los analistas coinciden en señalar que la digitalización, ya en marcha desde
hace décadas, seguirá siendo sin duda un elemento clave para el sector
asegurador, también en 2023. La transformación digital afectará a toda la
cadena de valor en el sector y desde luego también a la relación de las
compañías con sus clientes. En el sector asegurador, aseguran los expertos,
loa inteligencia artificial será el medio para desarrollar innovaciones útiles para
los clientes y para la prevención y evaluación correcta de los riesgos.


La prioridad del cliente, la centralidad del cliente, constituirá asimismo una
tendencia clara, reforzando el papel de actores clave en el sector, como las
corredurías, cuyo papel de intermediación crecerá en importancia, aconsejando
productos útiles en un mundo en constante cambio y en medio de una
coyuntura macroeconómica, dominada por la inflación, que exigirá un control
de costes y riesgos cada vez más preciso. La hiper-personalización de los
seguros, será asimismo una tendencia evidente, de forma que las compañías,
apoyadas en la tecnología digital, buscarán ofrecer productos más a la medida
de cada cliente, evaluando sus riesgos particulares y ofreciendo soluciones que
atiendan eficazmente las necesidades de cada uno de ellos, sean empresas o
particulares.


En cuanto a los nuevos riesgos que los clientes y las compañías deberán
atender destacan claramente las amenazas cibernéticas y los riesgos
derivados del cambio climático, como tendencias claras para 2023. Mitigar
los riesgos derivados de las nuevas amenazas cibernéticas será sin duda una
preocupación creciente, y no solo ya para las grandes o medianas empresas.


Tomar conciencia de estos nuevos riesgos se trasladará también a las pymes,
que necesitarán evaluar correctamente sus riesgos en este terreno y sin duda
las compañías deberán hacer frente a este nuevo campo con productos
innovadores, creando también nuevas formas de contacto con los clientes para
prevenir amenazas y colaborar tecnológicamente para minimizar los riesgos.


El cambio climático generará también un nuevo escenario de riesgos para el
que será preciso evolucionar hacia una nueva cultura, que debe surgir de una
relación más estrecha entre los usuarios y las propias aseguradoras. Prevenir
riesgos, el uso de datos y análisis predictivos, y en general extender el uso de
nuevas tecnologías para diseñar pólizas eficaces están sin duda entre las
tendencias en este terreno.

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