Es práctica habitual que al pedir un crédito el banco le exija como condición la contratación de un seguro con ellos.

Esta práctica, además de ser abusiva es ilegal, ya que desde la entrada en vigor en 2019 de la Ley de Crédito Inmobiliario estas prácticas tan habituales de las entidades de crédito han quedado prohibidas.

La nueva ley protege a los consumidores, ya que si el banco al final le coloca el seguro, no podrá ser de duración superior a un año y, un mes antes del vencimiento, el asegurado podrá optar por renovar o cambiar el seguro a otra compañía, sin que el cambio pueda afectar desfavorablemente a las condiciones del préstamo.

La realidad es que muchos bancos presionan a sus clientes a contratar seguros (vida, accidentes, hogar), y son muchas las reclamaciones de los asegurados cuando tienen un siniestro, ya que la venta agresiva del banco hace que en muchas ocasiones no se cumplan con todos los requisitos previos a la contratación (declaración de salud, descripción del riesgo…), y las aseguradoras se niegan al pago de la prestación, alegando falta de documentación o falsedad en la declaración.

Por último, las pólizas que colocan los bancos a sus clientes son, por lo general, bastante más caras que las que puede contratar a través de un corredor de seguros, un 35% superiores en hogar y hasta un 70% en seguros de vida; con unos simples cálculos, es fácil ver que el sobrecoste en el seguro es mayor que la supuesta ventaja por un tipo de interés bajo que suele vender el banco.

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