Acudir en persona a la oficina de una compañía de seguros, una correduría de confianza o a la de cualquier entidad financiera autorizada para vender seguros era el procedimiento habitual para contratar un seguro hasta hace unos pocos años. Hoy es posible contratar un seguro sin salir de casa, bien sea por teléfono o por Internet,  e indudablemente será un procedimiento cada vez más habitual a medida que las nuevas generaciones, nativas digitales, sean quienes tomen las decisiones sobre la compra de todo tipo de seguros.

En la era digital, sin embargo, el papel del asesor, por ejemplo una correduría que explique los pormenores del producto al cliente, seguirá siendo clave, con independencia del canal que elija éste para asegurarse. En un entorno de estancamiento económico y alta inflación, como el que vivimos, el precio de la póliza y la cobertura real que ofrece, y sobre todo su encaje con las necesidades reales de cada cliente cobran mayor importancia si cabe.

En la nueva era tecnológica reforzar la atención al cliente será primordial para todo el sector asegurador, según afirman muchos especialistas, porque la mayor agilidad en la contratación y la mayor disponibilidad de datos sobre el comportamiento de los usuarios deberá conducir también a una hiper-personalización de los seguros, trajes a medida, por decirlo coloquialmente, sobre los que cada cliente necesitará también atención personalizada. Hay riesgos que un cliente pueda querer cubrir y que no figuren en un producto estándar, y donde la entrada en juego de un asesor profesional puede cambiar por completo la calidad del producto contratado por un cliente en base a sus necesidades reales.

La difusión de la tecnología no evitará, desde luego, la necesidad por ejemplo de calcular con precisión el capital asegurado o el valor real de una casa, en el caso de un seguro para el hogar para evitar situaciones de infraseguro o sobreseguro, las dos grandes amenazas para el asegurado que contrata una póliza. 

Según datos del sector, en 2021 (último ejercicio del que existen datos completos) las campañas de publicidad en el sector asegurador crecieron un 6%, y el mensaje se centró sobre todo en el precio, lo que indica que según los especialistas el precio es el factor determinante para mover a un cliente en este momento. Pero el precio final de una póliza, en base a la cobertura real que ofrece y las necesidades efectivas de un usuario, no siempre es fácil de calcular. Por ello, aún en la era de Internet, la atención personalizada y el papel de intermediarios como las corredurías está llamado a jugar un papel decisivo.     

(*) El precio final es importante en la toma de decisión para formalizar el contrato pero siempre que antes hayamos revisado que las garantías, franquicias, capitales y condiciones de aseguramiento se adaptan a las necesidades del cliente.

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