¿Por qué vivimos un boom de instalaciones fotovoltaicas? Los factores son variados: la subida de los precios de todas las energías, el esfuerzo de las administraciones en una regulación legal y entendimiento con los distintos modelos de consumo, el abaratamiento de los costes de instalación y de los equipos.., sin olvidar que es una energía verde, cada vez más demandada por el usuario final.

En España, el autoconsumo de energía eléctrica para instalaciones que estén conectadas a la red de distribución eléctrica de su zona está regulado por el Real Decreto 244/2019; y las instalaciones no conectadas a la red, es decir autónomas, no están sujetas a estas leyes, pero sí están reguladas por Industria, además de otras normas locales de instalación. Las empresas instaladoras acreditadas se encargan, además del asesoramiento y la instalación física, de cumplir la normativa y certificar las instalaciones.

En el mercado existen kits “hágaselo usted mismo”, pero son para instalaciones totalmente autónomas. Sin certificación, simplemente no existen, hasta que “pasa algo”.

Como cualquier otro aparato electrónico, una instalación fotovoltaica tiene un mantenimiento para optimizar su rendimiento: refrigeración y estanqueidad de elementos electrónicos, limpieza de los paneles (que acumulan polvo en caso de escasez de lluvias), etc. Si nuestra instalación se estropea, deja de funcionar, o simplemente desaparece por un robo; el daño causado no solo es la inversión, es la reposición y el coste de los días sin producción.

Y aquí es en donde entra el seguro de instalaciones fotovoltaicas, garantizando una continuidad en la explotación, cubriendo la reparación o reposición del equipamiento la mano de obra y una posible recertificación de la obra, según condiciones. El seguro de hogar cubre un determinado tipo de siniestros, pero no un mal funcionamiento o una pérdida de beneficios. No podemos considerar el seguro como un gasto extra superfluo, sino como un coste más de mantenimiento, pues su objetivo es garantizar la funcionalidad.

En resumen, la energía fotovoltaica ha venido para quedarse. Conviene asegurar una buena instalación, y asegurar también su mantenimiento, no podemos jugar con el suministro energético del hogar.

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